Retos de la Administración privada ante la crisis sanitaria por COVID-19: Desarrollo humano y trabajo decente

Resumen

A finales del año 2019 se notificó por primera vez el brote de enfermedad por el nuevo coronavirus (COVID-19), el cual fue declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional (ESPII). Ante el impacto global provocado por la pandemia se observó un escenario caótico y extremadamente complejo; derivado del plan de confinamiento propuesto por los gobiernos, con el fin de reducir las interacciones sociales y contener el contagio masivo de la enfermedad. Lo que afectó profundamente el mundo del trabajo, ya que las empresas tuvieron que lidiar con los despidos y la reducción de personal causados ​​por la suspensión de actividades no esenciales, generando un efecto devastador en trabajadores y empleadores. Por lo anterior, se planteó una investigación cualitativa mediante la aplicación de una encuesta integrada por diecinueve ítems medidos en una escala tipo Likert, dirigida a 61 trabajadores ubicados en empresas del sector privado en el Estado de México. Con el fin de identificar si las acciones de la administración privada ante la crisis sanitaria por COVID-19, favorecen el desarrollo humano y el trabajo decente para todos. Centrarse en temas específicos que rodean el ajuste y el bienestar de los trabajadores, es la opción para hacer frente a los desafíos del mundo laboral actual. Los resultados mostraron que ante el impacto de la pandemia al mundo del trabajo, la reacción de la administración privada tiende al desarrollo humano y el trabajo decente, no obstante existen áreas de oportunidad que de ser tomadas en cuenta en la dinámica organizacional contribuirían al principio unificador de no dejar a nadie atrás y colocar a las personas en el centro de cualquier acción, a fin de adaptarse a las condiciones cambiantes de entorno. Finalmente se concluyó que la administración privada llevada a cabo en el interior de las empresas no contaba con la preparación y sin una sensibilización previa, y tuvo que reaccionar precipitadamente para garantizar la supervivencia de las organizaciones y brindar seguridad a su personal, quedando claro ahora más que nunca, que poner a las personas en primer lugar será siempre la mejor estrategia ante cualquier adversidad.